Un discurso poético para acceder al alma

¡Qué bello despertar por la mañana con ideas nuevas! Las que deseas, las que moldeas cada noche en tu azotea, mirando las estrellas. Es allí, en ese mar de luces, donde sucede lo que tu alma espera. Más no se entera si con claridad no le revelas. Pues no comprende lo que quiere tu mente, y no responde cuando le pides a borbotones. Solamente acude a lo que por dentro sacude, lo tierno que escondes y por temor no lo expandes.

¿De qué se trata entonces? Yo lo intento, desde mi aposento, con vistas al cielo, espero el momento. Respirando escucho mis adentros, esbozo el dibujo de mi cuento. Y cuando lo tengo, lo lanzo al firmamento.

A veces llega, a veces no. A veces poesía, a veces canción. A veces consiste, en agarrar la ocasión.